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BIOGRAFÍA1964 Ioan Oniciuc nace en Botosani (Rumania) en Enero de 1964. Desde su más temprana infancia muestra un especial interés por las bellas artes.
1978 - 82 Cursa el Bachillerato.
1982 - 84 Servicio militar Rumania.
1984 - 87 Escuela de Artes.
1988 - 95 Profesor de dibujo en la Escuela Corni-Botosani.
1996 - 2000 Trabaja como director en el Centro Cultural Corni-Botosani.
2000 - 04 Trabaja como restaurador en Israel.
2005 - 10 Pintor-decorador-restaurador en España.

2011 - Agente de desarrollo turistico
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EXPOSICIONES
Israel, Rumania, Polonia, Holanda y España.
España:
Centro Hispano – Rumano de Alcalá de Henares.
Centro Hispano – Rumano de Coslada.
Universidad de Fuenlabrada (Madrid).
Espacio “Niram” (Madrid).
Biblioteca Municipal de Valdemoro.
Biblioteca Municipal de Meco.
Feria “Integra Madrid”.
Feria Intercultural de Alcalá de Henares.
Galería de ArteJescal (Madrid).
Centro Civico 7 Ojos de Alcorcón.
VII Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Marbella (Marb Art 2011)
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-- En la pintura de Ioan Oniciuc irradian las calidades tan apreciadas por aquellos que
le conoce personalmente: sensibilidad, creatividad y responsabilidad. Ioan Oniciuc
logra, conservando y transportando, asimilando y atrayendo la base mitológica y
religiosa de Rumania, para acercarla de la que está en España la composición
mitológica de Quijote. Nos alegramos por el don de confianza y esperanza que
nos brinda a través de esta exposición.

António Calderon de Jesus, critico de arte.
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-- Oniciuc asalta la frontera de mito y realidad e imagina a Don Quijote, nuestro Quijote,
junto a Sancho, nuestro Sancho Panza, recorriendo, en una salida más, Targu Jiu, ante el singular conjunto de Constantin Brancusi. Una salida en la que se cuenta sobre el inesperado viaje de Don Quijote y Sancho Panza en busca del silencio infinito. El Quijote y Sancho Panza, personajes de ficción, de novela, mito y símbolo internacional, que sin dificultad son vistos como una encarnación real. Pasee el lector por la Mancha
y creerá en la verdad de sus existencias. Brancusi, escultor de fama internacional, hombre de carne y hueso, vuelto símbolo, santo y seña intemporal por toda Rumania. Los tres, caballero, escudero y escultor -su obra- , mitológicos o reales, juntos, frente a frente, bajo la atenta mirada de un rostro reconocible, en un solo cuadro. Se trata de un motivo tan arriesgado como acertado en el resultado: Rumania y España dándose la mano a través del arte.

Martín Cid, escritor.
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-- Un hombre que descubre un secreto tan colosal, nada más y nada menos que la Atlántida, y que es
capaz de traer en sus relieves parte de la fantástica isla, debería sentirse extraño entre el resto de mortales. Sin embargo, Oniciuc se encuentra cómodo entre nosotros, se siente acogido en España y, antes que extranjero en tierra desconocida, se sabe hermanado en el mundo latino y mediterráneo.

Héctor Martínez, filósofo.